domingo, 28 de noviembre de 2010

Bolivia tiene obstáculos para la carrera por el mercado del litio

Estudios: Los principales competidores de la región son Chile y Argentina. Hay todavía incertidumbre en el desarrollo de tecnología.

Para el Gobierno, contar con las reservas de litio más grandes del mundo —alrededor de 9 millones de toneladas métricas, aunque el Ejecutivo dice que el Salar de Uyuni podría tener 100 millones— es suficiente para convertir a Bolivia no sólo en líder mundial de provisión del metal, sino de producción de baterías para los vehículos del futuro.

Pero la competencia con Chile y Argentina —que tienen 3 millones de toneladas métricas y 1,8 millones de reservas de litio, respectivamente—, la incertidumbre sobre el desarrollo de la tecnología y, por lo tanto, de la demanda son los obstáculos que el país enfrenta en la carrera para conquistar el mercado mundial.

Rebecca Hollender y Jim Shultz, del Centro para la Democracia, indican que pese al creciente entusiasmo acerca del futuro del litio, hay serias dudas sobre su factibilidad. “El proceso de transformar el litio en carbonato de litio comercializable es complejo y costoso. Las baterías para vehículos eléctricos que se fabrican en la actualidad son demasiado grandes y pesadas y muy lentas para recargar. Estas baterías son tan caras que ponen el costo de los vehículos eléctricos más allá del alcance de la mayoría de los consumidores”, explican en Bolivia y su litio.

Añaden que la primera dificultad de la tecnología para la producción de baterías de litio es el reto de separar el litio de otros minerales que lo acompañan en su estado natural, etapa que Bolivia ya habría superado, al menos según la información gubernamental, tras lograr producir carbonato de litio en la planta piloto de Colcha K en Potosí. Sin embargo —apuntan—, para fabricar baterías de litio debe transformarse en calidad de carbonato de litio para baterías, una mezcla química de calidad de pureza superior a 99,5 por ciento.

Ese desarrollo tecnológico requiere alta inversión, que es otro desafío para Bolivia, especialmente por los competidores que tiene, Chile y Argentina, países que ya han avanzado en la explotación de litio y captan grandes sumas de capitales para explotar sus salmueras.

El Estado boliviano, en tanto, ha rechazado ya varias ofertas de inversión extranjera, aunque el Gobierno de Evo Morales ha asegurado el financiamiento para la primera fase de investigación y producción semiindustrial de carbonato de litio y anunció que aceptará recursos foráneos para la fabricación de baterías.

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