jueves, 2 de agosto de 2012

¿Por qué Bolivia no crece?

ECONOMÍA | SABER POR QUÉ EL PAÍS NO SE HA DESARROLLADO, PESE A SUS RIQUEZAS, ES UNO DE LOS DESAFÍOS DE ESTAS INVESTIGACIONES.



Amenudo se escucha decir que Bolivia es un pobre sentado en una silla de oro. Se destacan sus recursos naturales, su ubicación geográfica, su diversidad cultural, etc., sin embargo el país registra uno de los más bajos crecimientos en la región.

Para saber por qué y comenzar a desarrollar estrategias puntuales que sirvan para fortalecer la economía boliviana, el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) lanzó una convocatoria para que diferentes investigadores analicen los factores económicos e institucionales y su incidencia en el desarrollo nacional y regional de Bolivia, en el periodo comprendido entre 1989 y 2009, y exhiban propuestas que sirvan para empezar a buscar soluciones para el atraso económico de Bolivia.

En este marco los economistas Horst Grebe, Alfredo Seoane, Carlos Machicado, Rodney Pereira, Gover Barja e Iván Velásquez, han llevado adelante investigaciones desde diferentes ángulos para lograr un panorama global. Este es un resumen de esos trabajos.



LAS FINANZAS

Analizar la efectividad de las finanzas públicas en sus distintas dimensiones respecto a la evolución de los diferentes indicadores sobre el desarrollo nacional y regional, ha sido el objetivo que Pereira, junto a Ernesto Sheriff y Valeria Salinas, buscó en la investigación “Finanzas Públicas. Comportamiento e impacto en el desarrollo nacional y regional (1990-2010)”.

De acuerdo a Pereira, quien dirigió el estudio, existe una desvinculación entre sectores económicos, entre departamentos y entre actividades dentro de un mismo departamento. “Se requiere fortalecer la gestión entre el gobierno central y los gobiernos departamentales y municipales en el marco de las autonomías. En el momento de aplicarse la inversión pública se debe tomar en cuenta los contextos espaciales en los cuales se aplica”, dice Pereira. La investigación concluye en que la institucionalidad, si bien ha tenido avances, no han sido los esperados debido a los cambios de gobierno, la mediana internalización del aparato estatal y la fuerte presencia de la institucionalidad informal.

Las principales recomendaciones que emergen de esta investigación son: Proponer una política fiscal orientada a promover el desarrollo, una mejor distribución del ingreso y apoyar la estabilidad económica.



LA PRODUCTIVIDAD

La productividad como eje central del crecimiento económico y el uso y eficiencia con el que se emplean los factores de producción, son el referente de la investigación que Carlos Gustavo Machicado, colaborado por Osvaldo Nina y Luis Carlos Jemio, presenta en el libro “Factores que inciden en el crecimiento y el desarrollo en Bolivia (Análisis nacional y regional (1989-2009)”.

“La investigación que coordiné es importante porque hace un análisis desde los fundamentos próximos del crecimiento económico, analizando la importancia de los factores de producción (capital y trabajo) en el crecimiento económico, pero además muestra que es también muy importante la eficiencia con que se emplean los factores de producción, es decir la productividad. Y ese es el gran problema en Bolivia, podemos invertir más de lo que se invierte o generar más empleos, pero si no se lo hace eficientemente de nada sirve, y eso es lo que ha sucedido en los últimos 20 años”, dice Machicado. Su obra analiza uno de los fundamentos profundos del crecimiento económico, como es la geografía, y demuestra que en la medida en que los departamentos alcancen una diversificación económica, tendrán más posibilidades de desarrollarse.

Machicado explica que en el caso boliviano existen muchas empresas que tienen un exceso de capital instalado mayor al que realmente necesitan para producir, lo que se traduce finalmente como baja productividad y débil producción. La investigación recomienda la promoción de sectores transables intensivos en mano de obra; se recomienda también mayor eficiencia en la inversión pública y ampliar la ventana de oportunidades aprovechando la coyuntura externa favorable para promover un crecimiento de las actividades productivas.



EQUIDAD Y AHORRO

En el tema del ahorro, Alfredo Seoane y Fernanda Wanderley realizaron la investigación “La brecha ahorro-inversión y la olvidada agenda de la transformación productiva con equidad”, en el que buscan identificar los factores relevantes para el pobre desempeño en inversión, innovación y productividad que podrían explicar el escaso crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, que de acuerdo a proyecciones del Banco Mundial, bajará al 4,1 para el 2012 y al 3,8 por ciento para el 2013. Ellos llegan a la conclusión de que la economía boliviana pudo tener un crecimiento mayor si se hubiese canalizado el ahorro nacional y el externo, conduciéndolos hacia una mayor y más eficiente inversión para lograr avances puntuales en la productividad. La falta de aplicación de esta estrategia ha llevado a que los ingresos reales per cápita en Bolivia sean los más bajos de la región. De acuerdo a los autores, las barreras estructurales y los cuellos de botella sectoriales no son atendidos de manera efectiva y por ello restringen las oportunidades de inversión privada, tanto nacional como extranjera. En cuanto a la equidad, los autores proponen inscribir como objetivo del estado boliviano y de su sociedad, la incorporación de diferentes sectores, para dar oportunidad laboral y de ingreso a las nuevas generaciones.



LA INVERSIÓN

La dificultad de Bolivia para acelerar su crecimiento económico, las causas que explicarían la baja inversión en el país y su poca relación con el crecimiento son algunos de los temas que se abordan en el libro “Suficiencia y eficacia de la inversión en Bolivia. Análisis macro y microeconómico (1989-2009)”, escrito por Rubén Ferrufino e Iván Velásquez, con la colaboración de Marco Gavincha.

Los autores analizan por qué, siendo que el país ha aplicado durante las dos últimas décadas una variedad de instrumentos políticos para impulsar su desarrollo, estos no han sido suficientes. Además evalúan la suficiencia y eficacia de la inversión elaborando un diagnóstico respecto al desarrollo logrado considerando los ámbitos económico y social. Concluyen que el desarrollo ha sido importante, aunque insuficiente. La investigación de Ferrufino y Velásquez afirma que en el sector público se ha avanzado respecto a la educación y a la salud, pero no así en empleo y seguridad ciudadana, que más bien han sufrido un retroceso. Los avances más evidentes están referidos a la infraestructura caminera.

En cuanto al sector privado, se ha ampliado su participación en la economía, diversificándose gradualmente y contribuyendo con crecientes impuestos, fuentes de empleo e inversión. El número de productos exportables aumentó, lo que se traduce en una mejora de la economía. Llama la atención de los autores que a nivel subnacional se hayan encontrado casos como La Paz, Santa Cruz y Beni, donde la inversión pública departamental no muestra ninguna relación estadística con el Producto Interno Bruto (PIB) departamental.

La investigación arroja conclusiones fundamentales respecto a la necesidad de establecer una nueva política económica que expanda la inversión privada, promueva el encuentro entre inversión pública y privada, impulse mayor suficiencia en la inversión pública y mejore la eficacia de ésta mediante acciones que puedan apalancar recursos e inversiones privadas que se complementen con lo público. “Hemos querido evaluar la suficiencia y eficacia (inversión) como factor de crecimiento. Aportar evidencia empírica de la importancia de la inversión y reflejar el peso de otros factores como los ciclos y los precios de materias primas. Además demostrar la relevancia de la sintonía entre la inversión pública y privada como condición de eficacia y mostrar que la inversión social sigue siendo una prioridad, no solo por el sentido de responsabilidad estatal, sino como un factor catalizador, acelerador y multiplicador del efecto de la inversión en general”, explica Velásquez.



INGRESOS FISCALES

Aunque en Bolivia se ha ejercitado una mayor equidad redistribuitiva gracias al aumento de los ingresos fiscales, esto no se ha traducido en un aumento de la productividad ni en el crecimiento económico. El por qué de esto es parte de la investigación que ha realizado Horst Grebe, con la colaboración de Mauricio Medinacelli, Rodrigo Fernández y Cristina Hurtado. El libro “Los ciclos recientes en la economía boliviana. Una interpretación del desempeño económico e institucional (1989-2009)”, da cuenta que en la década de los 90 y principios del nuevo milenio, los sectores de hidrocarburos y minero son responsables de casi el 50% del crecimiento económico de Bolivia, lo que demuestra la poca diversificación de la economía y su vulnerabilidad a los cambios en los precios de sus productos de exportación.

La obra de Grebe también explica que el excedente disponible ha sido mal asignado, el gasto público ha incorporado transferencias monetarias a los sectores sociales menos favorecidos, y la inversión pública se ha concentrado en la infraestructura carretera. No se observa, de acuerdo a los investigadores, un apoyo sistemático al aumento de la productividad, lo que corrobora el carácter rentista de la economía boliviana.

“La composición demográfica del país, la composición del empleo en términos sectoriales, hace que frente a algunos sectores dinámicos que crecen relativamente rápido, haya un rezago enorme en la gran mayoría de la población económicamente ocupada, en la economía campesina, en el sector informal y en el sector de baja capacidad de aumento de productividad que es el comercio y la construcción”, dice Grebe. Luego agrega: “Al país le falta industria; y lo que puede permitir un desempeño diferente y más satisfactorio, va a depender de la existencia de políticas industriales, lo cual es un desafío institucional y teórico importante en Bolivia.” La investigación recomienda la conducción de la reconversión productiva hacia mayores niveles de productividad y empleo formal a través de políticas de fomento industrial y agropecuario, en particular para la economía campesina, así como acuerdos por cadenas productivas y zonas económicas especiales.



LOS OBSTÁCULOS

Profundizar el conocimiento sobre los obstáculos institucionales que han incidido en el escaso desarrollo económico nacional, e identificar propuestas de política pública que se orienten a innovar el proceso de descentralización, teniendo en cuenta las restricciones del contexto, son los mayores aportes que hace la investigación de Gover Barja, Sergio Villarroel y David Zavaleta.

La recomendación que surge de esta investigación está referida a corregir los obstáculos institucionales identificados que afectan el desarrollo económico a través de acciones de los gobiernos subnacionales que deben internalizar los costos ex ante (costos administrativos de la recaudación impositiva y su posterior distribución por parte del gobierno central) y ex post (costos económicos de incumplimiento parcial o total de los objetivos sociales) de los ingresos recibidos como transferencias.

Se recomienda políticas públicas que vinculen las transferencias a metas de ingresos propios junto al retiro del superávit acumulado para la creación de fondos de inversión municipales para épocas de contracción económica. Y el uso de políticas públicas que resulten de una sustancial participación local en la definición de metas de interés en la jurisdicción para que la descentralización responda a procesos de abajo hacia arriba y no al revés.

“Específicamente se analizó el diseño de la institucionalidad de la descentralización fiscal implementada. Se quería conocer en qué consistieron los incentivos implícitos contenidos en la institucionalidad, cómo funcionaron y qué resultados produjeron. Este corresponde al enfoque conocido como Descentralización Fiscal de Segunda Generación. Metodológicamente se utilizó econometría aplicada a datos de 1996-2008 para evaluar los incentivos e impactos de la descentralización fiscal y política”, explica Gover Barja.

Dentro de los resultados de la investigación, Barja destaca haber identificado la magnitud y alto crecimiento de las transferencias fiscales hacia los gobiernos subnacionales (municipios y exprefecturas), en vez de que se haya incentivado el aporte propio local. “Esto ha convertido a los gobiernos locales en dependientes de dichas transferencias. En el largo plazo este es un serio error de política pública.” La investigación también analiza el uso de las transferencias fiscales, que en vez de estar alineadas a los objetivos de desarrollo local definidos por los intereses locales, estuvieron más bien dominantemente alineados a los objetivos de desarrollo local del gobierno central (educación, salud y alguna infraestructura básica). (Con datos del PIEB).





Perfiles de los investigadores

Horst Grebe: Doctor en Economía Política de la Universidad de Economía de Berlín (Alemania). Desde el 2005 es presidente del Instituto PRISMA. Fue Ministro de Desarrollo Económico (2004-2005) y Director Ejecutivo de la Fundación Milenio (1994-1998).



Alfredo Seone: Máster en Economía y Política Internacional del Centro de Investigación y Docencia Económicas (México) y candidato a Doctor en Ciencias del Desarrollo. En la actualidad se desempeña como coordinador de la Maestría en Relaciones Internacionales e Integración del CIDES-UMSA. Fue embajador de Bolivia en Paraguay (2004-2006) y Viceministro de Relaciones Económicas Internacionales (2002-2003).

Iván Velásquez: Doctor en Economía por la Universidad de Bonn (Alemania). Actualmente se desempeña como Coordinador del Programa para Bolivia de la Konrad Adenauer Stiftung (KAS). También fue investigador y PhD fellow del Centro de Investigación del Desarrollo de la Universidad de Bonn (2005-2007).



Grover Barja: Doctor en Economía por Utah State University (Estados Unidos). Actualmente se desempeña como Director de la Maestría en Gestión y Políticas Públicas de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica Boliviana. Consultor del Banco Mundial y de varias superintendencias, además fue analista político en UDAPE.



Rodney Pereira: Máster en Economía por el centro de Docencia Económica (México) y candidato Doctor en ciencias del desarrollo. Asesor en varios ministerios y consultor de instituciones como PNUD, CEPAL, UNFPA, FAO y CAF. Entre 1987 y 2002 desempeñó diferentes cargos en UDAPE.



Carlos Machicado: Doctor en Economía por la Universidad de Chile. Actualmente es investigador sénior en el Instituto de Estudios Avanzados del Desarrollo (INESAD). Fue analista sectorial en UDAPE (2000-2003).


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