domingo, 19 de junio de 2016

Mujeres bajo tierra, una realidad poco conocida

En Oruro hay 115 mujeres que son socias cooperativistas y trabajan bajo tierra en diferentes minas. Una actividad dura realizada a cientos de metros de profundidad y en una total oscuridad, en medio de polvo, aguas ácidas, gases y sufriendo cambios de temperatura constantes.

Mujeres que con sus cascos y lámparas ingresan a profundidades para realizar los mismos trabajos que los varones, mujeres que conquistaron el derecho de explotar minerales como el estaño, plomo y zinc. Superaron la discriminación masculina que creía que la presencia femenina espantaba los minerales.

Las mujeres cooperativistas cumplen hasta 10 horas de trabajo bajo tierra, en los socavones y a grandes profundidades en busca del mineral en bruto, y en muchas jornadas su único sustento para soportar la fatiga es el pi’jchu o acullico de coca, acompañado del cigarrillo.

Las compañeras están afiliadas a Federación Departamental de Cooperativas Mineras de Oruro (Fedecomin) donde tienen una representante a nivel departamental que les permite tener igualdad de oportunidades y derechos en el campo laboral. Se reconoce la lucha de muchos años y el logro de las mujeres para ser reconocidas como socias cooperativistas a partir del 2001. Antes, llegar a ser socio solo era un privilegio de los varones.

Las cooperativas admitían a la mujer solamente en su condición de “palliri”, una denominación para la recolectora y rescatadora de minerales de entre los restos de las rocas extraídas de los socavones. Sólo con la lucha por obtener presencia como socias con voz y ejercicio de voto consiguen la conquista de sus espacios, aunque en la actualidad hay algunos avances, aún les queda un camino con obstáculos por recorrer, para superar las inequidades de género que se manifiesta cuando reciben áreas de explotación pobres en minerales o tienen que peregrinar buscando parajes para trabajar.

El Centro de Investigación y Servicio Popular (CISEP), considerando esta dura realidad, apoya y fortalece a las mujeres y varones que trabajan bajo tierra, con información sobre sus derechos y fortaleciendo su autoestima, así mismo se les dota de maquinaria y de herramientas para lograr una mayor producción y mejorar sus ingresos económicos para lograr una vida digna. Con la finalidad de mejorar las condiciones de trabajo y desarrollo personal de éstas mujeres, se trabaja en tres aspectos:

1.- Dotación de maquinarias (chancadoras, pulverizadoras, bombas lameras, perforadoras, etc.). Herramientas (desde combos, palas, picos, barrenos, carretillas, tuberías, etc.), equipos de protección personal, cascos, pulmosan, lentes, guantes, lámparas, overoles etc.

2.- Talleres vinculados a mejorar sus sistemas de producción: Medio Ambiente, Salud Ocupacional, mejoramiento del laboreo minero, etc.

3.- Talleres vinculados a los aspectos personales: equidad de género, autoestima y liderazgo.

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