viernes, 21 de octubre de 2016

Incentivar la producción

Se trata de aplicar en el país un proceso técnicamente operable en diversos campos para incrementar el sistema productivo, pero apostando, como lo señaló el vicepresidente Álvaro García Linera, para que ese proceso involucre a todos los sectores, estatales y privados en una corriente de incrementar los volúmenes de uso interno y de exportación de todo lo que producimos, bajo el sello "hecho en Bolivia".

Se menciona que con el objetivo de erradicar la pobreza, en Bolivia se incentivará la producción como el factor preponderante para mejorar las condiciones de vida de nuestra población en todos sus niveles. El planteamiento corrobora los términos de un informe sobre desarrollo humano para América Latina, en el que se "miden" las posibilidades de crecimiento de cada región, de acuerdo a las expectativas de un programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En una visión ampliatoria de conceptos, la autoridad boliviana señaló que "hay un imán, un núcleo articulador que jala al resto, y este para el Gobierno, es la producción en sus distintos niveles". Cuando se profundiza en el tema el hecho pasa por, industrializar materias primas, producir energía eléctrica para consumo interno, pero en perspectiva también para exportación, además se habla de energías renovables con termoeléctricas e hidroeléctricas para esa exportación, está en el plan general la industrialización del gas y luego del litio, además de incentivar las cadenas agrícolas para enfrentar la competencia de precios que se genera en países vecinos, por la fluctuación del dólar, se propone entonces un proceso de cambio en materia productiva.

En el proyecto de mediano y largo plazo se entiende que por lo menos dos décadas más el país seguirá dependiendo del sistema extractivista de sus materias primas, para pasar luego a una fase sólidamente estructurada de la producción industrial que será objeto de una serie de incentivos, que permitan a los industriales, optar por ampliar sus inversiones, a través de sociedades con el propio Estado o en base a las alianzas que se perfilan por el interés de empresas externas, deseosas de invertir en procesos industriales de los commodities, especialmente en la línea de los hidrocarburos y en los planes estratégicamente delineados del litio y el hierro.

Se trata de un emprendimiento que deberá encarar el Gobierno al más breve plazo, en pos de mejorar el índice de ingresos económicos para satisfacer las necesidades básicas de la población y avanzar en el desarrollo.

A tiempo de hablar de incentivar la producción, se esperan algunas opciones concretas y desde el nivel oficial se menciona la necesidad de desarrollar mecanismos redistributivos, aunque en el hecho práctico esta propuesta no aclara cuáles serán los mecanismos redistributivos, esperándose que los mismos sean parte de un proceso en el que se incluyen condiciones favorables para invertir sin onerosas o inequitativas cargas tributarias, al contrario respaldando la mayor producción con mejores condiciones de sostenibilidad económica y social.

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